jueves, 16 de julio de 2009

FERNANDO LUGO, LA CORRUPCIÓN NO SE DETIENE

La corrupción no se detiene
Atrás quedaron los tiempos de las promesas, y del romance con las encuestas. Hoy la dura realidad le dice a Fernando Lugo que el 76 por ciento de la población paraguaya lo rechaza, y la corrupción que campea sobre sus allegados le compromete día a día con mayor fuerza.

Analistas opinan que con una simple auditoría de la sede del gobierno podría ir preso, luego de su destitución.

Un ejemplo es el hijastro de su impoluto secretario Miguel López Perito, enredado con el submundo de la prostitución y las drogas, así como con personas con antecedentes en el ámbito de la mafia con tarjetas de crédito.

Aunque ya hace veinticinco siglos Sófocles advirtió que un Estado donde queden impunes la insolencia y la libertad de hacerlo todo termina por hundirse en el abismo, la admonición aún no ha sido advertida por los sátrapas de turno en Paraguay.

El hijastro del secretario de Fernando Lugo, el primer corrupto caído en desgracia -aunque solo brevemente- en el gobierno luguista David Yinde, ex director de la Dirección Nacional de Transporte (Dinatrán), traficante de influencias, poco tardó en obtener revisión de medidas, ya que soportaba un arresto domiciliario y pidió y obtuvo su libertad ambulatoria en pocos días.

Curiosamente, la revisión coincidió con discutidos pactos en el Parlamento, que además desataron una crisis en el cogobierno.

Con su libertad, Yinde solo confirmó el tráfico de influencias en el gobierno de atuendo arzobispal, donde las amantes son tan poderosas como para rescatar a coimeros que han sido filmados por la TV recibiendo dinero de la corrupción.

En momentos en que David Yinde fue destituido de la titularidad de la Dirección Nacional de Transporte (Dinatrán) salpicado por graves hechos de corrupción, saltaron a la luz nuevas y llamativas compras efectuadas hace apenas dos meses por el citado ex funcionario.

Efectivamente, Yinde y su jefe de Gabinete de la Dinatrán, Julio Darío Cabral, adquirieron una propiedad ubicada sobre la calle República de Colombia en la ciudad de Fernando de la Mora.

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