lunes, 16 de agosto de 2010

FERNANDO LUGO A IMAGEN Y SEMEJANZA DE ALVARO URIBE


Ya veinte siglos atrás advertía Cicerón que las leyes callan cuando las armas hablan. El caso del insurgente Severiano Martínez, ejecutado extrajudicialmente en Paraguay la semana pasada, es una prueba más de ello.

También una demostración objetiva, real y práctica de los estrechos vínculos que unen al gobierno del cura Fernando Lugo con el saliente mandatario colombiano Alvaro Uribe, de quien ha importado el método de la ejecución extrajudicial.

En Colombia se denominan a las ejecuciones extrajudiciales eufemísticamente como falsos positivos, que no son más que el asesinato de civiles por parte de la Fuerza Pública que posteriormente son presentados como guerrilleros muertos en combate.

Un relator especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU) además de advertir la amplia impunidad de la que gozan los casos de ejecuciones extrajudiciales en el país, indicó que el flagelo fue un patrón a seguir por militares, para "beneficio o ganancia personal de los soldados''.

El relator especial de la ONU para ejecuciones arbitrarias, Philip Alston, presentó en mayo de este año un informe que elaboró tras su visita a Colombia en junio de 2009, en el que reveló que "la actual tasa de impunidad en relación con presuntas ejecuciones por parte de las fuerzas de seguridad, que llega hasta el 98,5 por ciento, según fuentes creíbles, es demasiado alta".

Las cifras de estas ejecuciones en Colombia confrontan la llamada seguridad democrática que impulsó el saliente gobierno del presidente Álvaro Uribe, y niegan que sea una política de derechos humanos encaminada a la protección de la población civil.

En los primeros cinco años de Uribe (2002-2007), la escalada de cifras fue impresionante, alcanzando un aumento en 65 por ciento (unas 955 muertes). A las 955 ejecuciones extrajudiciales se le sumaron las 235 desapariciones forzadas por acción directa de agentes estatales, según señalaron especialistas de Alemania, España, Estados Unidos, Francia y el Reino Unido que analizaron el caso colombiano.

HABLANDO DE PAZ, HACIENDO LA GUERRA
Aunque Fernando Lugo rechace en la cumbre del Mercosur a los vientos de guerra que se agitan en la frontera colombo-venezolana, la macondiana realidad que comparte el Paraguay con el país de Gabriel García Marquez, la verdad es que ha logrado extender el conflicto mucho más al sur de lo que se piensa.

Siguiendo con su adscripción al Plan Colombia y en el marco de sus compromisos con EEUU y Bogotá, el gobierno paraguayo de Fernando Lugo ha inaugurado una nueva era: la de las ejecuciones extrajudiciales. Rafael Martínez, hermano del insurgente ejecutado extrajudicialmente Severiano Martínez, calificó de “criminal” al gobierno de Fernando Lugo. Ratificó que el francotirador del EPP fue ejecutado por los policías.

Aseguró que el mandatario importó “la criminalidad de Colombia, Israel y los yanquis”.

TEORÍA DE LA BALA MÁGICA
Dijo alguna vez Clemenceau que la guerra es un asunto demasiado grave para confiárselo a los militares, y los uniformados al mando del ministro Rafael Filizzola lo corroboraron, con atropellos varios, abusos, ejecuciones extrajudiciales y hasta irrupciones en fiestas de cumpleaños.La abogada Raquel Talavera no tiene dudas en afirmar que Severiano Martínez fue ejecutado, en una nueva muestra de brutalidad e impericia por parte de las fuerzas que dirigen el cura metido a político y su entorno de ineptos.

“Las balas no doblan. El cuerpo tiene heridas en la espalda y en el glúteo”, dijo Raquel Talavera, quien representará legalmente a los padres y hermanos de Severiano Martínez, quien era uno de los hombres más buscados por las fuerzas de seguridad.

“La familia tiene todo el derecho del mundo a querer saber en qué condiciones falleció Severiano”, manifestó Talavera.

Talavera dijo que no hace falta ser perito ni científico para saber que existe algo llamativo en el caso, debido a que el cadáver tiene heridas en la espalda.

La Policía asegura que Martínez murió en un enfrentamiento con uniformados que le interceptaron en Agua Dulce, Chaco. El informe oficial indica que uniformados ordenaron a Severiano que se entregue, y que este hombre respondió con disparos.

“No hace falta ser perito para saber que las balas no doblan. No sé que explicación se puede dar a eso. Como van a justificar esas heridas”, aseguró la profesional.

El Poder Ejecutivo promueve un escuadrón de la muerte y una de sus víctimas fue Severiano Martínez, denunció por su parte la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (MCNOC), cuyo titular es Luis Aguayo.

“Manifestamos nuestro rechazo y repudio a la conducta del Gobierno Nacional referente al asesinato del compatriota Severiano Martínez; por más que tenga varias acusaciones, no se puede justificar el acribillamiento como línea de combate gubernamental, porque en ninguna de las leyes le faculta a responder, o asesinar a una persona acusada”, indica el comunicado dado a conocer ayer por el MCNOC.

LUGO Y EL EPP, RELACION DE AMOR-ODIO
En días pasados circularon fotos incautadas en campamentos del EPP, donde aparecen el canciller venezolano, Nicolás Maduro; el presidente Fernando Lugo, y Adriano Muñós Peres, hermano de Zonia Ignacia Muñós, sindicada en el secuestro de Lindstron en 2008. Ambos gobiernos negaron nexos con este grupo.

Sin embargo, Lugo tiene relación de vieja data con varios de ellos.
Al menos tres de ellos, Manuel Cristaldo Mieres, Alcides Oviedo y Gilberto Setrini son ex seminaristas que comulgan con las ideas marxistas de la Teología de la Liberación, que según su propaganda proselitista, era profesada por el mismo Fernando Lugo. Lugo fue incluso maestro de ellos tres.

En repetidas ocasiones quienes hoy son miembros del EPP participaron de eventos tanto eclesiales como sociales junto al entonces obispo del departamento de San Pedro, y actual presidente de la República, existiendo una profusa documentación fotográfica y testimonial al respecto.

La vinculación Lugo-EPP es, definitivamente, una estrecha relación de amor y odio.

EN LA MIRA DE LAS FARC
Todo indica que por temor a represalias de las FARC, el presidente de Paraguay, no asistirá al acto de investidura del nuevo presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, previsto para el sábado próximo, informaron el lunes fuentes diplomáticas colombianas en Asunción.

El embajador de Colombia en Asunción, Mauricio González, confirmó que Lugo estará representado en ese acto por el vicepresidente paraguayo, Federico Franco.

El cura con hijos teme represalias de las FARC debido a la ejecución extrajudicial de Severiano Martínez, camarada de este grupo insurgente, asesinado por orden del ex obispo.

Es que a fuerza de insistencia, la prensa mediática paraguaya (con Aldo Zucolillo y Roque González Vera a la cabeza, llamando con sus inflamadas diatribas a las FARC a intervenir en Paraguay) han logrado atraer sobre el Paraguay al terrorismo caribeño, de la misma manera que Aznar logró hacerlo con el islámico, determinando la derrota electoral de su propio partido y la elección de Rodríguez Zapatero.

Ya lo dijo Neville Chamberlain: para hacer la paz se necesitan dos; pero para hacer la guerra basta con uno sólo, en este caso quien se inmiscuye donde no lo llaman ni necesitan.

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