sábado, 21 de agosto de 2010

FERNANDO LUGO, DERECHOS HUMANOS SEGÚN LA GESTAPO

La historia de la Segunda guerra mundial recuerda la memoria de Monseñor Jozef Tiso (1887-1947) sacerdote católico que fue diputado del parlamento checoslovaco, miembro del gobierno checoslovaco, y finalmente presidente de la República Eslovaca Independiente, entre 1939-1945, apoyado en las SS de la Alemania nazi.
El obispo-presidente Tiso puso tres divisiones con cincuenta mil soldados a disposición de Hitler, sin que jamás el Vaticano reprobara su actitud pro-nazi. Al final de la guerra huyó a Austria con todo su gobierno pero finalmente lo ahorcaron. “Muero como mártir y defensor de la civilización cristiana”, alcanzó a decir.

Al parecer, Tiso entendía por tal rótulo a los desmanes causados por la inquisición, tanto como hoy lo hace su émulo el héroe de la izquierda chanta, el obispo-presidente Fernando Lugo en Paraguay.

LABERINTO PARAGUAYO
El reciente libro “Paraguay en su laberinto”, de Mariana Fassi, propone descubrir “cuánto cambió con Lugo” y es uno de los primeros acercamientos a una realidad que en verdad, se encuentra muy lejana a las expectativas y la imagen idealizada que muchas veces expresan referentes de la izquierda, más bien dejándose llevar por lo que desean que hubiera ocurrido que por lo que ocurre en realidad.

En el libro se revela que el ex obispo no se jugó jamás por formar un movimiento político propio y que -digámoslo ahora que acaba de cumplir dos años en el poder, con un incierto futuro a raíz de su cancer - más bien se respaldó sobre las estructuras más retardatarias.

Son algunos aquellos partidos - como el Liberal del vicepresidente Franco, "el Cobos paraguayo"- los que dominaron a su movimiento político y los que ocuparon –por incapacidad o desinterés del propio Lugo- los escaños en el Congreso. Pero son los que lo acechan y reprueban cada intento de mover un ápice la realidad del país.

Esta realidad, en verdad, tiene mucho más que ver con un retorno al oscurantismo que con el anunciado “cambio” del que se habló hasta el hartazgo, especialmente desde la izquierda.

En materia de Derechos Humanos, entre otras aristas, el gobierno luguista parece en realidad dejarse guiar por un manual de la Inquisición.

DDHH AL ESTILO DE LA INQUISICIÓN
Un informe del año pasado elaborado por el Departamento de Estado norteamericano y entregado al Congreso de los Estados Unidos recoge denuncias sobre torturas y maltratos de detenidos por parte de la Policía Nacional para extraer confesiones o intimidar, la superpoblación de las cárceles, la corrupción y falta de independencia del Poder Judicial de las influencias políticas, la excesiva lentitud de los procesos judiciales, el espionaje telefónico de personas por parte de los organismos de seguridad del Estado, entre otros puntos.

El informe del Ministerio de Relaciones Exteriores norteamericano, a cargo de Hillary Clinton, también denuncia la violación de los derechos de poblaciones indígenas, la falta de respuesta gubernamental a sus reclamos y la violencia y segregación contra las mujeres, indígenas, personas con discapacidad, lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero.

Cita el caso de un fallecido, Santos Valeriano Aquino Zorrilla, quien según su padre, fue llevado antes por la Policía en Ciudad del Este y tras un intento de extorsión, liberado y luego asesinado. Ocurrió el 5 de agosto del 2009.

También menciona la falta de avance en la investigación y proceso de varios casos como el que involucró al policía Néstor Eduardo González Alonso, quien mató en Villa Hayes a un joven de 16 años al dispersar una protesta con disparos; también el intento de homicidio de Verónica Lugo en Villa Elisa; el caso del policía Gustavo Arnaldo Duarte por el asesinato del guardia de seguridad Vicente González, entre otros.

La falta de soluciones a los problemas carcelarios también le valió al gobierno de Lugo un tirón de orejas. El documento suscripto por Clinton refiere que “las condiciones de los centros de detención en general no cumplen con las normas internacionales”.

Reproduce un informe de la comisión de Derechos Humanos del Senado que habla del Estado deplorable de las cárceles en el Paraguay. “Los problemas más graves son la violencia, el maltrato, el hacinamiento, la insuficiente dotación de personal, el deterioro de la infraestructura, las condiciones de vida insalubres, y la falta de atención médica y psicológica adecuada”.

RECRUDECE VIOLACIÓN DE DDHH, SEGÚN NUEVO INFORME

Un nuevo informe, esta vez elaborado por activistas paraguayos, contiene otro rosario de denuncias de hechos concretos de violencias y privaciones de libertad y crueles torturas de indefensos campesinos.
“El sábado 10 de enero de 2009, efectivos policiales y militares acompañados por miembros del Ministerio Público, entre ellos la fiscala Sandra Quiñónez, allanaron la casa del Sr. JCP, dirigente campesino de Kurusu de Hierro y lo detuvieron”, relata el documento al señalar que durante el procedimiento fueron destruidas las puertas y ventanas de la casa así como los cultivos de sustento del detenido y sus familiares. También se registraron robos de bienes y enseres durante la diligencia, destaca el escrito de la denuncia.
Las detenciones ilegales de campesinos y los tormentos físicos aplicados a los mismos se registraron en el marco de investigaciones realizadas sobre el asalto al destacamento militar de Tacuatí y otros operativos policiales y militares realizados en el Norte del país entre los años 2008, 2009 y 2010, precisa la denuncia que ya se encuentra en la sede central de la CIDH, en Washington, Estados Unidos.
“Con intervalos de una hora aproximadamente se le cubría la cabeza con bolsas de plásticos para darles la sensación de asfixia, luego le apretaban los testítulos” y “al mismo tiempo se les exigía que involucren a algunos dirigentes campesinos en la quema del destacamento militar”, dice otro relato hecho por un campesino que denunció la tortura que sufrió cuando fue detenido.

CAZA DE BRUJAS CONTRA LA IZQUIERDA
El cura Fernando Lugo, supuesto bolivariano a quien la guerrilla bolivariana del EPP declaró la guerra, también se ha proveído de armas para combatir a la izquierda marxista, y ha solicitado asesoramiento para reprimir al mismo Alvaro Uribe.

La represión la dirige, como siempre, la embajada norteamericana.

Tras distribuir las armas compradas a Colombia, Lugo ha desatado la caza de brujas en el norte de Paraguay, valiéndose de un batallón anti-terrorista de Rangers entrenados por "gentileza" de la embajada norteamericana de Asunción.
El resultado fue la implantación de la ejecución extrajudicial de supuestos insurgentes, cuya víctima más conocida fue el supuesto integrante del EPP Severiano Martínez, nunca juzgado y mucho menos declarado culpable por tribunal competente.

DE TISO A LUGO
Durante la segunda guerra mundial, una carta colectiva del episcopado Belga exigió a su grey el reconocimiento y la obediencia a Alemania, la potencia ocupante, tanto como hoy el obispo Fernando Lugo exige de los paraguayos la fidelidad al imperio de turno.

Por la misma época, el episcopado francés apoyaba de manera unánime al régimen colaboracionista de Petain, con especial mención de los cardenales Baudrillat, Suhard y Gerlier, a los que sólo faltaba usar la svástica bordada en la sotana.

La historia del estado fascista de Eslovaquia, aliado de Hitler, recuerda que cuando gobernaba Tiso y recrudecía la persecución a los judíos, el obispo Jan Voitasaak se apoderaba de las propiedades de los mismos en Betlanovice y Baldovice.

También el clerofascista Fernando Lugo tiene sus cómplices en Paraguay, donde otros tantos sacerdotes brotan como hongos y se postulan como candidatos para las próximas elecciones municipales, al punto que muchos ya se preguntan si no irá a terminar la Conferencia Episcopal convertida en un partido político.

El nuncio y el Vaticano, mientras florece el clerofascismo, se llaman a silencio, como cuando los Panzer y Stukas avanzaban sobre Europa y los pequeños países del viejo continente caían como fichas de dominó.

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