martes, 9 de junio de 2009

LA PROMISCUA VIDA SEXUAL DE FERNANDO LUGO

LA PROMISCUA VIDA SEXUAL DE FERNANDO LUGO

A medida que pasa el tiempo, más indicadores aparecen de una activa y promiscua vida sexual del obispo Fernando Lugo.

Se ha hecho frecuente que se produzcan "escapadas" nocturanas del clérigo-presidente en comañía de su chofer con rumbo a visitar amantes a escondidas.

Fuentes revelaron que Lugo desapareció la noche, víspera de su cumpleaños, lo que motivó relevos en la guardia presidencial.

El presidente Fernando Lugo “se perdió” de sus guardias la noche del pasado 29 de mayo, víspera de su cumpleaños, hecho que motivó que parte del personal militar asignado a la custodia presidencial fuera relevado, según relataron ayer con reservas fuentes consultadas en el entorno presidencial.

A la medianoche del viernes 29 de mayo pasado, el jefe de Estado abordó sorpresivamente una de las camionetas asignadas al traslado de la delegación presidencial, y sin más compañía que la del chofer de su entera confianza, José Duarte, salió de Mburuvicha Róga sin que repararan en ello ni los efectivos del primer anillo, ni los otros asignados a la escolta.

Lugo pasó toda la madrugada de su cumpleaños en el lugar que solo sabían él y Duarte.

ADIÓS A LAS AMANTES LUEGO DE RECONOCER A SU HIJO

En El pájaro espino –la novela de Colleen Mac Cullough que se adaptó para la televisión, en 1983–, el sacerdote católico Ralph de Bricassart es el protagonista de una feroz lucha que se libraba entre el hombre de fe con claras aspiraciones políticas y el de “carne y hueso”, profundamente enamorado de la joven y bella Maggie Cleary. El relato estaba ambientado en una polvorienta Australia de la primera mitad del siglo pasado, y su final no era de los más felices.

Mucho más cerca en el tiempo, Paraguay se ve conmovida por una historia de similares características, que tiene al ex obispo y actual presidente, Fernando Lugo, en el centro de la escena. Sin embargo, en este caso, no se trata de una ficción romántica, sino de un escándalo con ribetes políticos que incluye un amorío clandestino con una menor de edad y un hijo concebido cuando aún estaba al frente de la diócesis de San Pedro, una de las regiones más pobres del país vecino.


“Acoso constante”. El torbellino guaraní se desató , cuando Viviana Rosalith Carrillo –una joven oriunda de la localidad sanpredina de Choré– presentó una demanda por filiación en contra del mandatario paraguayo. En ella no sólo se consignaba que Lugo era el padre biológico de Guillermo Armindo, su hijo de dos años, sino también que el vínculo entre ellos tenía historia: según el escrito, ambos habían establecido una relación amorosa hace casi una década, cuando él tenía 47 años y ella 16.

Por entonces, Carrillo se preparaba para tomar su confirmación en la iglesia que tenía a Lugo como obispo, en San Pedro. Y, al parecer, el flechazo del párroco por la joven fue tan rotundo como incontenible. “Desde aquella tierna edad, el demandado me sedujo, y empezamos a tener un relacionamiento amoroso, el cual se inició porque él se quedaba a dormir en la casa de mi madrina Edith Lombardo de Vega en la localidad de Choré, en cuya casa también vivía yo”, apuntó en la demanda de 8 páginas presentada en el Juzgado de la Niñez y Adolescencia de la ciudad paraguaya de Encarnación.

Pero el relato fue mucho más allá cuando explicitó cómo se produjo el primer encuentro íntimo entre Carrillo y Lugo. “Todo se inició una vez cuando le llevé las ropas de cama a su habitación, y al preguntarle si necesitaba algo más, él me dijo que sí, que a mí era a quien él necesitaba”, reza el texto. A partir de ese momento, Carrillo asegura haber sufrido un “acoso” constante y que debido a su “corta edad e inexperiencia” terminó “seducida por su forma de hablar, por sus palabras bonitas, por sus expresiones bellas, y por las promesas” que Lugo le hizo de renunciar a su cargo para “compartir una vida” y tener muchos hijos. Algo que, clararamente, apenas cumplió para poder presentarse como candidato a presidente en las elecciones del 20 de abril de 2008. Sin embargo, al día siguiente de presentado el escrito, la mujer emitió un comunicado en el que negaba haber autorizado a los abogados Claudio Kostinchok y Walter Acosta a iniciar una demanda que ella ni siquiera había firmado. Pero, para entonces, el escándalo ya había saltado a la luz y el propio Lugo se había reconocido padre de la criatura.

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